TASA DE PASEJE EN
BOVINOS
LUIS MIGUEL QUINTERO ALSINA
710084
JULIAN ANDRES MOLINA MAYO
710073
RICHARD JAIME
SARMIENTO
710025
VICTOR
LEONARDO PINEDA
710041
EDUARDO LUNA CARVAJALINO
MIRIAN MEZA QUINTERO
ZOOTECNISTA
UNIVERSIDAD FRANCISCO
DE PAULA SANTANDER OCAÑA
FACULTAD DE CIENCIAS
AGRARIAS Y DEL AMBIENTE
OCAÑA
2011
INTRODUCCIÓN
El estómago de los rumiantes (en este caso:
bovinos, ovinos y caprinos) se caracteriza por poseer cuatro divisiones, dadas
estas características, a diferencia de los no rumiantes, son capaces de
aprovechar los carbohidratos estructurales presentes en las plantas (Celulosa,
Hemicelulosa y Pectina, las dos primeras constituyentes de la fibra) teniendo
así una fuente de energía adicional y basando su alimentación en el consumo de
forraje.
La digestión ruminal es un proceso dinámico
relacionado a la ingestión y deglución del alimento (ingesta) y la salida de
líquido, bacterias y alimentos residuales no digeridos. La renovación del contenido
ruminal tiene una gran influencia en la eficiencia de utilización del alimento,
existiendo una relación inversa entre el índice de pasaje y la degradación del
alimento.
OBJETIVOS
Determinar
la duración de pasaje del alimento por el tracto gastrointestinal de
bovinos alimentados con pasto y concentrado comercial, utilizando como marcador
semillas de leucaena.
Suministrar el concentrado comercial con semilla de leucaena y azul de metileno al bovino.
Tomar el tiempo de suministro del forraje.
Tomar el tiempo de defecación de las heces con residuos de las semillas tinturadas.
Hacer el cálculo de tiempo del tránsito del
forraje.
METODOLOGIA
El desconocimiento de la tasa de pasaje es
para los productores muy común, utilizar la academia para la puesta en práctica
de estos conceptos es fundamental para el desarrollo y mejoramiento a un nivel
más competitivo.
El ensayo se va a realizar utilizando forraje y concentrado comercial , utilizando las semillas de leucaena y el azul de metileno como indicador.
Se suministra el concentrado mezclado con las semilla tinturada con azul de metileno, Se toma la hora exacta al momento que es terminado de consumirse la mezcla por el animal.
Se pesa (1 kl) de concentrado comercial, el azul de metileno (2 gr) es diluido en (30 ml de agua) y la semilla de leucaena (30gr) se mezcla muy uniformemente.
El ensayo se va a realizar utilizando forraje y concentrado comercial , utilizando las semillas de leucaena y el azul de metileno como indicador.
Se suministra el concentrado mezclado con las semilla tinturada con azul de metileno, Se toma la hora exacta al momento que es terminado de consumirse la mezcla por el animal.
Se pesa (1 kl) de concentrado comercial, el azul de metileno (2 gr) es diluido en (30 ml de agua) y la semilla de leucaena (30gr) se mezcla muy uniformemente.
Teniendo como referencia los tiempos
obtenidos con ensayos realizados se hace un monitoreo muy estricto del momento
de la defecación de la vaca
Después de la deposición fecal se establece
el tiempo transcurrido desde que se suministro el alimento hasta el momento de
la defecación.
con el concentrado comercial.
con el concentrado comercial.
La tasa de pasaje del alimento varia de acuerdo a las especies, pues cada especie posee un sistema digestivo diferente, el conocimiento de este factor es de gran importancia desde el punto de vista zootécnico, establecer la tasa de pasaje en rumiantes y más específicamente en los bovinos es fundamental para una mayor comprensión de los procesos digestivos.
MARCO TEORICO
El uso de indicadores como óxido de cromo, presenta
antecedentes de eficiencia como sistema de marcaje para estimar digestibilidad
in vivo. Sin embargo, la determinación analítica es costosa y requiere de un delicado
manejo, siendo la lignina un marcador interno que permite ahorrar tiempo y
recursos económicos (Lachmann et al., 2009).
Revisión bibliográfica El valor nutritivo de los alimentos es importante en rumiantes. No siendo suficientes los análisis químicos, se deben considerar los procesos de digestión, absorción y metabolismo animal (Rodríguez et al., 2007).
La digestibilidad, estima la proporción de nutrientes en una ración que presumiblemente son absorbidos por el animal. Ésta depende en gran parte, de la composición nutritiva de la ración en estudio, aunque su medición se complica porque las heces tienen cantidades de materiales que no provienen de la dieta (compuestos nitrogenados, lipídicos, minerales y glúcidos no fibrosos de origen endógeno). Por esta razón, los
coeficientes de digestibilidad son "aparentes", sin embargo son de gran utilidad (Lachmann et al., 2009).
La digestibilidad puede ser medida in vivo o in vitro. En el primer caso se estima bajo cierto número de animales, mientras que en el segundo, se simula el proceso natural de digestión en laboratorio, habiendo complicaciones de tipo práctico en ambas. En el consumo de forrajes, la digestibilidad in vivo, se ve alterada por: la capacidad de selección del animal en función de la oferta de material, la disponibilidad de agua, la tasa de pasaje del alimento y la eficiencia metabólica animal. También son
consideradas las condiciones ambientales, haciendo que la técnica in vitro difícilmente pueda recrear las transformaciones que ocurren in vivo (Lachmann et al., 2009).
Para la determinación del coeficiente de digestibilidad in vivo, se han utilizado varios métodos, dentro de ellos, los más importantes son el de colección total de heces (CTH) y el de las proporciones utilizando indicadores. El método CTH, es el más confiable, ya que involucra factores directos del alimento con el animal. Lo ofrecido al animal, lo rechazado y muestras de heces son analizados en laboratorio y así, determinar la digestibilidad del nutriente en cuestión. El calculo del coeficiente, corresponde al porcentaje de un determinado nutriente que luego de ser consumido no es eliminado en forma de heces:
Donde: P= Cantidad total de nutriente ingerida (%) Ph= Cantidad de nutriente que aparece en las heces (%)
D = 100 (P - Ph)/P
Este índice sólo estima la digestibilidad del nutriente ingerido, ya que el hecho de no aparecer en las heces no significa que haya sido asimilado, sino que parte del alimento ingerido puede haberse eliminado de otra manera (Lachmann et al., 2009).
Las desventajas de este método, desde el punto de vista práctico son: el ser laborioso, requerir de jaulas de colección, de personal preparado, costo de mantenimiento animal y la imposibilidad de utilizar hembras en los ensayos. Operacionalmente, implica medir diariamente el consumo, realizar la colección fecal 1 o 2 veces al día a una misma hora sin contaminarlas y mantener los arneses en su sitio. En ensayos a pastoreo, este tipo de manejo se complica, ya que los animales deben estar adaptados al uso de arneses ya la constante manipulación, pudiendo causar un efecto detrimental sobre los hábitos de pastoreo del animal. Todo esto ha promovido el uso creciente de indicadores en los estudios de digestión (Lachmann et al., 2009).
Los indicadores permiten tener referencias de aspectos físicos, como la tasa de pasaje o químicos, como hidrólisis y absorción, estimando cuantitativa y cualitativamente la información nutricional en sistemas donde la colección de heces se vuelve complicada (Lachmann et al., 2009).
Un indicador debe de ser inerte y no tóxico, no tener efectos fisiológicos, no ser absorbido ni metabolizado en su paso por el tracto digestivo y debe ser recuperado completamente tanto de materias primas como de alimentos procesados, debe mezclarse bien con el alimento y mantenerse uniformemente distribuido en la digesta, no tener influencia sobre las secreciones alimentarias, digestión, absorción, motilidad del tracto digestivo o sobre la excreción, no tener efecto sobre la microflora del tracto digestivo del hospedero; además debe tener cualidades que permitan su medición precisa y ser barato (Rodríguez et al., 2007). Como el indicador ideal no existe, se considera que cumpla sólo con la indigestibilidad, la recuperación completa y la fácil medición del material, además de no afectar al animal, no interferir la digestibilidad del alimento y debe contar con un método específico y sensible para su determinación (Lachmann et al., 2009).
El método de las proporciones utilizando indicadores para determinar los coeficientes de digestibilidad se muestra como un procedimiento altamente válido, ya que sabiendo con precisión las cantidades de marcador y porcentaje de nutrientes en el alimento y en las heces a partir de una relación entre esas concentraciones, se determina la digestibilidad de los nutrientes. Para el cálculo de la digestibilidad de cualquier nutriente (DN), se aplican estas fórmulas según preferencia (Lachmann et al., 2009):
Donde:
DN, % = [1 (CMF x NH)/ (CMH x NF)] x 100
CMF = Concentración del marcador en el forraje (%) NH = Concentración del nutriente en las heces (%) CMH = Concentración del marcador en las heces (%) NF = Concentración del nutriente en el forraje (%)
Donde: CDa = Digestibilidad aparente
CDa, % = 100 [100 (MA/MH) (NH/NA)]
MA =% de marcador en el alimento MH =% de marcador en las heces NH =% de nutriente en las heces NA =% de nutriente en el alimento
Dentro de diversas clasificaciones que han tenido los indicadores, la más común es que existen internos y externos. Los internos son aquellos constituyentes naturales del alimento, que no son digeridos ni absorbidos por el animal (lignina), o que se digieren en muy poco. La ventaja de ellos es que no es necesaria la preparación del marcador. Los externos (óxido de cromo), son sustancias químicas que se suministran al animal directamente con la ración, en cápsulas (oral), en soluciones o incluso directamente en el rumen, cumpliendo la misma función que los internos (Lachmann et al., 2009).
La validez del uso de marcadores en condiciones de pastoreo depende de la habilidad para obtener muestras representativas de las heces producidas y del forraje consumido. Se debe estandarizar el uso de un marcador para una situación específica, ya que como no hay indicador ideal siempre hay que considerar un grado de error en las estimaciones. Es por esto que se recomienda hacer una evaluación de diferentes materiales y así determinar la fiabilidad de los estimados de digestibilidad obtenidos. Con este método, se reconoce que el método CTH no es necesario y que es aplicable para animales tanto de confinamiento como pastoreo, en ocasiones donde medir el consumo total de alimento se dificulta o cuando se hace imposible colectar la totalidad de las heces. Sólo es importante conocer la concentración de la sustancia de referencia en el alimento y en las heces para luego hacer muestreo directo de ambos (menos laborioso). Los indicadores más utilizados son la lignina y el óxido de cromo (Lachmann et al., 2009).
Lignina: Este es un marcador interno, por lo que los coeficientes de digestibilidad que entrega son variables y la necesidad de colección total de las heces para obtener muestras representativas son algunas limitantes para utilizarla con precaución. Estudios atribuyen que esta variabilidad se encuentra en la especie forrajera evaluada, por lo que forrajes tropicales tienen un mayor contenido de lignina a diferencia de los que están en climas
templados; siendo mejores como marcadores internos para ensayos de digestibilidad (Lachmann et al., 2009).
Óxido de cromo: Al ser este marcador insoluble en agua y no estar asociado a los componentes de la ingesta, puede formar un sedimento en el retículo-rumen siendo transferido esporádicamente al tracto gastrointestinal, afectando directamente el patrón de excreción del marcador. Ofrece la ventaja de tener la recuperación completa en las heces, pero resultados menos precisos debido a su excreción fecal irregular, que puede evitarse dando el indicador 2 veces al día (Lachmann et al., 2009). Otras ventajas son el ser de un bajo costo comercial, su incorporación fácilmente a las dietas y que es analizada con relativa facilidad (Rodríguez et al., 2007).
El número de animales a seleccionar en el momento de realizar ensayos de digestibilidad, ya sea en condiciones de pastoreo o en confinamiento, debe ser una muestra representativa, ya que de esta manera las variaciones individuales se reducen. El paso a seguir luego de la selección, es el período de acostumbramiento del animal, el cual tiene como fin limpiar el aparato digestivo de residuos alimenticios consumidos antes de comenzar el ensayo, de tal modo que el animal se acostumbre a su nueva dieta y al manejo diario. En rumiantes, este periodo es de 1 semana, sin embargo, al emplear forrajes muy de baja calidad, se sugiere un periodo preliminar de hasta 30 días para el ajuste, pudiendo esto ser atribuido a bajas tasas de pasaje. Si bajo condiciones de pastoreo el animal no está familiarizado al tipo de manejo, el estrés producido puede causar alteraciones de conducta como por ejemplo cambios en los patrones de consumo y en selección de la dieta. Es por esto que deben ser equipados con arnés y bolsa colectora hasta 2 o 3 días antes de comenzar la colección. El período de recolección generalmente dura 7 días (Lachmann et al., 2009).
Las muestras fecales se toman luego de ser excretadas, o rectalmente, según el marcador empleado, a intervalos iguales, dependiendo del momento de administración del indicador y la excreción del mismo (Lachmann et al., 2009).
Revisión bibliográfica El valor nutritivo de los alimentos es importante en rumiantes. No siendo suficientes los análisis químicos, se deben considerar los procesos de digestión, absorción y metabolismo animal (Rodríguez et al., 2007).
La digestibilidad, estima la proporción de nutrientes en una ración que presumiblemente son absorbidos por el animal. Ésta depende en gran parte, de la composición nutritiva de la ración en estudio, aunque su medición se complica porque las heces tienen cantidades de materiales que no provienen de la dieta (compuestos nitrogenados, lipídicos, minerales y glúcidos no fibrosos de origen endógeno). Por esta razón, los
coeficientes de digestibilidad son "aparentes", sin embargo son de gran utilidad (Lachmann et al., 2009).
La digestibilidad puede ser medida in vivo o in vitro. En el primer caso se estima bajo cierto número de animales, mientras que en el segundo, se simula el proceso natural de digestión en laboratorio, habiendo complicaciones de tipo práctico en ambas. En el consumo de forrajes, la digestibilidad in vivo, se ve alterada por: la capacidad de selección del animal en función de la oferta de material, la disponibilidad de agua, la tasa de pasaje del alimento y la eficiencia metabólica animal. También son
consideradas las condiciones ambientales, haciendo que la técnica in vitro difícilmente pueda recrear las transformaciones que ocurren in vivo (Lachmann et al., 2009).
Para la determinación del coeficiente de digestibilidad in vivo, se han utilizado varios métodos, dentro de ellos, los más importantes son el de colección total de heces (CTH) y el de las proporciones utilizando indicadores. El método CTH, es el más confiable, ya que involucra factores directos del alimento con el animal. Lo ofrecido al animal, lo rechazado y muestras de heces son analizados en laboratorio y así, determinar la digestibilidad del nutriente en cuestión. El calculo del coeficiente, corresponde al porcentaje de un determinado nutriente que luego de ser consumido no es eliminado en forma de heces:
Donde: P= Cantidad total de nutriente ingerida (%) Ph= Cantidad de nutriente que aparece en las heces (%)
D = 100 (P - Ph)/P
Este índice sólo estima la digestibilidad del nutriente ingerido, ya que el hecho de no aparecer en las heces no significa que haya sido asimilado, sino que parte del alimento ingerido puede haberse eliminado de otra manera (Lachmann et al., 2009).
Las desventajas de este método, desde el punto de vista práctico son: el ser laborioso, requerir de jaulas de colección, de personal preparado, costo de mantenimiento animal y la imposibilidad de utilizar hembras en los ensayos. Operacionalmente, implica medir diariamente el consumo, realizar la colección fecal 1 o 2 veces al día a una misma hora sin contaminarlas y mantener los arneses en su sitio. En ensayos a pastoreo, este tipo de manejo se complica, ya que los animales deben estar adaptados al uso de arneses ya la constante manipulación, pudiendo causar un efecto detrimental sobre los hábitos de pastoreo del animal. Todo esto ha promovido el uso creciente de indicadores en los estudios de digestión (Lachmann et al., 2009).
Los indicadores permiten tener referencias de aspectos físicos, como la tasa de pasaje o químicos, como hidrólisis y absorción, estimando cuantitativa y cualitativamente la información nutricional en sistemas donde la colección de heces se vuelve complicada (Lachmann et al., 2009).
Un indicador debe de ser inerte y no tóxico, no tener efectos fisiológicos, no ser absorbido ni metabolizado en su paso por el tracto digestivo y debe ser recuperado completamente tanto de materias primas como de alimentos procesados, debe mezclarse bien con el alimento y mantenerse uniformemente distribuido en la digesta, no tener influencia sobre las secreciones alimentarias, digestión, absorción, motilidad del tracto digestivo o sobre la excreción, no tener efecto sobre la microflora del tracto digestivo del hospedero; además debe tener cualidades que permitan su medición precisa y ser barato (Rodríguez et al., 2007). Como el indicador ideal no existe, se considera que cumpla sólo con la indigestibilidad, la recuperación completa y la fácil medición del material, además de no afectar al animal, no interferir la digestibilidad del alimento y debe contar con un método específico y sensible para su determinación (Lachmann et al., 2009).
El método de las proporciones utilizando indicadores para determinar los coeficientes de digestibilidad se muestra como un procedimiento altamente válido, ya que sabiendo con precisión las cantidades de marcador y porcentaje de nutrientes en el alimento y en las heces a partir de una relación entre esas concentraciones, se determina la digestibilidad de los nutrientes. Para el cálculo de la digestibilidad de cualquier nutriente (DN), se aplican estas fórmulas según preferencia (Lachmann et al., 2009):
Donde:
DN, % = [1 (CMF x NH)/ (CMH x NF)] x 100
CMF = Concentración del marcador en el forraje (%) NH = Concentración del nutriente en las heces (%) CMH = Concentración del marcador en las heces (%) NF = Concentración del nutriente en el forraje (%)
Donde: CDa = Digestibilidad aparente
CDa, % = 100 [100 (MA/MH) (NH/NA)]
MA =% de marcador en el alimento MH =% de marcador en las heces NH =% de nutriente en las heces NA =% de nutriente en el alimento
Dentro de diversas clasificaciones que han tenido los indicadores, la más común es que existen internos y externos. Los internos son aquellos constituyentes naturales del alimento, que no son digeridos ni absorbidos por el animal (lignina), o que se digieren en muy poco. La ventaja de ellos es que no es necesaria la preparación del marcador. Los externos (óxido de cromo), son sustancias químicas que se suministran al animal directamente con la ración, en cápsulas (oral), en soluciones o incluso directamente en el rumen, cumpliendo la misma función que los internos (Lachmann et al., 2009).
La validez del uso de marcadores en condiciones de pastoreo depende de la habilidad para obtener muestras representativas de las heces producidas y del forraje consumido. Se debe estandarizar el uso de un marcador para una situación específica, ya que como no hay indicador ideal siempre hay que considerar un grado de error en las estimaciones. Es por esto que se recomienda hacer una evaluación de diferentes materiales y así determinar la fiabilidad de los estimados de digestibilidad obtenidos. Con este método, se reconoce que el método CTH no es necesario y que es aplicable para animales tanto de confinamiento como pastoreo, en ocasiones donde medir el consumo total de alimento se dificulta o cuando se hace imposible colectar la totalidad de las heces. Sólo es importante conocer la concentración de la sustancia de referencia en el alimento y en las heces para luego hacer muestreo directo de ambos (menos laborioso). Los indicadores más utilizados son la lignina y el óxido de cromo (Lachmann et al., 2009).
Lignina: Este es un marcador interno, por lo que los coeficientes de digestibilidad que entrega son variables y la necesidad de colección total de las heces para obtener muestras representativas son algunas limitantes para utilizarla con precaución. Estudios atribuyen que esta variabilidad se encuentra en la especie forrajera evaluada, por lo que forrajes tropicales tienen un mayor contenido de lignina a diferencia de los que están en climas
templados; siendo mejores como marcadores internos para ensayos de digestibilidad (Lachmann et al., 2009).
Óxido de cromo: Al ser este marcador insoluble en agua y no estar asociado a los componentes de la ingesta, puede formar un sedimento en el retículo-rumen siendo transferido esporádicamente al tracto gastrointestinal, afectando directamente el patrón de excreción del marcador. Ofrece la ventaja de tener la recuperación completa en las heces, pero resultados menos precisos debido a su excreción fecal irregular, que puede evitarse dando el indicador 2 veces al día (Lachmann et al., 2009). Otras ventajas son el ser de un bajo costo comercial, su incorporación fácilmente a las dietas y que es analizada con relativa facilidad (Rodríguez et al., 2007).
El número de animales a seleccionar en el momento de realizar ensayos de digestibilidad, ya sea en condiciones de pastoreo o en confinamiento, debe ser una muestra representativa, ya que de esta manera las variaciones individuales se reducen. El paso a seguir luego de la selección, es el período de acostumbramiento del animal, el cual tiene como fin limpiar el aparato digestivo de residuos alimenticios consumidos antes de comenzar el ensayo, de tal modo que el animal se acostumbre a su nueva dieta y al manejo diario. En rumiantes, este periodo es de 1 semana, sin embargo, al emplear forrajes muy de baja calidad, se sugiere un periodo preliminar de hasta 30 días para el ajuste, pudiendo esto ser atribuido a bajas tasas de pasaje. Si bajo condiciones de pastoreo el animal no está familiarizado al tipo de manejo, el estrés producido puede causar alteraciones de conducta como por ejemplo cambios en los patrones de consumo y en selección de la dieta. Es por esto que deben ser equipados con arnés y bolsa colectora hasta 2 o 3 días antes de comenzar la colección. El período de recolección generalmente dura 7 días (Lachmann et al., 2009).
Las muestras fecales se toman luego de ser excretadas, o rectalmente, según el marcador empleado, a intervalos iguales, dependiendo del momento de administración del indicador y la excreción del mismo (Lachmann et al., 2009).
El momento de dosificación del marcador es
importante en relación a la hora de suministro del alimento, considerando que
la ingestión estimula movimientos ruminales. Mientras el material sea más
denso, tenderán a aumentar los movimientos ruminales. Las contracciones de retículo
y rumen aumentan durante el consumo de alimento, por lo que el bolo es expuesto
a mayor movimiento y posiblemente es mezclado con mayor efectividad. Las
cápsulas suministradas al finalizar la ingestión del alimento no son forzadas
por los movimientos dorsales y caudales, ni mezclados con el alimento
previamente consumido, debido que al finalizar la ingestión ocurre una
reducción de los movimientos ruminales y por lo tanto el mezclado es deficiente
(Lachmann et al., 2009).
Finalmente, es importante destacar que los métodos alternativos a CTH, están sujetos a condiciones experimentales para determinar su eficiencia y que son altamente afectados por la dieta, la naturaleza física de ella y la especie animal utilizada (Lachmann et al., 2009).
Resumen No todos los elementos entregados a los animales por medio de la dieta son absorbidos, siendo esto lo que representa la mayor pérdida en la utilización de la energía. Es por esto que se han generado ensayos de digestibilidad, los que indican la proporción de nutrientes que pueden ser absorbidos en una ración. Para este proceso existen diversas técnicas como el método tradicional de colección total de heces (CTH) siendo uno de los más usados y confiables, pero también el más laborioso y el uso de indicadores como la lignina, los que serán explicados y comparados con mayor detalle, aclarando sus ventajas y desventajas en este trabajo.
Finalmente, es importante destacar que los métodos alternativos a CTH, están sujetos a condiciones experimentales para determinar su eficiencia y que son altamente afectados por la dieta, la naturaleza física de ella y la especie animal utilizada (Lachmann et al., 2009).
Resumen No todos los elementos entregados a los animales por medio de la dieta son absorbidos, siendo esto lo que representa la mayor pérdida en la utilización de la energía. Es por esto que se han generado ensayos de digestibilidad, los que indican la proporción de nutrientes que pueden ser absorbidos en una ración. Para este proceso existen diversas técnicas como el método tradicional de colección total de heces (CTH) siendo uno de los más usados y confiables, pero también el más laborioso y el uso de indicadores como la lignina, los que serán explicados y comparados con mayor detalle, aclarando sus ventajas y desventajas en este trabajo.
MARCO CONCEPTUAL
El sistema digestivo de una vaca incluye cuatro estomagos. El
rumen parece a un lago con un rio pasando por una esquina
El bovino y otros animales como ovejas, cabras, búfalos, camellos y jirafas son herbívoros cuyas dietas están compuestas principalmente de materia vegetal. Muchos herbívoros también son rumiantes. Los rumiantes son fácilmente identificados porque mastican la comida mucho aún cuando no ingieren alimentos. Esta acción de masticación se llama ruminación y es parte del proceso que permita el rumiante obtener energía de las paredes de las células de las plantas, también llamada fibra.
ADAPTACION PARA UTILIZAR FIBRA Y NITROGENO NO-PROTEINA
La fibra es la estructura que da fuerza y rigidez a las plantas y es el componente principal de las tallas de gramínea y otras plantas. Los azucares complejos (celulosa y hemicelulosa) se encuentran encerrados en las paredes de las células e inaccesibles para animales no-rumiantes. Sin embargo, la población de microbios que vive en el retículo y el rumen (Figura 1) permita la vaca obtener energía de la fibra.
Compuestos de nitrógeno no-proteína (NNP) no pueden ser utilizados por los animales no-rumiantes, pero las bacteria del rumen los utilizan como precursores para el síntesis de proteína. La vaca benéfica de los aminoácidos de la proteína bacteriana producida de las sustancias de nitrógeno en los alimentos.
LOS CUATRO ESTOMAGOS
Retículo y rumen
El retículo y rumen son los primeros estómagos de los rumiantes. El contenido del retículo es mezclado con los del rumen casi continuamente (una vez por minuto). Ambos estómagos comparten una población densa de microorganismos (bacteria, protozoos y fungí) y frecuentemente son llamados el "retículo-rumen." El rumen es un vaso de fermentación grande que puede contener hasta 100-120 kg de materia en digestión. Las partículas de fibra se quedan en el rumen de 20 a 48 horas porque la fermentación bacteriana es un proceso lento.
El retículo es una intersección de caminos donde partículas que entran o salgan del rumen están separadas. Solo las partículas que tienen un tamaño pequeño (<1-2 mm) o son densos (>1.2 g/ml) pueden proceder al tercer estómago.
Omaso
El tercer estomago u omaso parece a un fútbol y tiene una capacidad de aproximadamente 10 kg. El omaso es un órgano pequeño que tiene una alta capacidad de absorción. Permite el reciclaje de agua y minerales tales como sodio y fósforo que pueden retornar al rumen a través de la saliva. El omaso no es esencial, sin embargo es un órgano de transición entre el rumen y el abomaso, que tienen modos muy diferentes de digestión.
Abomaso
El cuarto estomago es el abomaso. Este estomago parece al estómago de los animales no-rumiantes. Secreta ácidos fuertes y muchas enzimas digestivas. En los animales no-rumiantes, los alimentos primeros son digeridos en el abomaso. Sin embargo en rumiantes, los alimentos que entran el abomaso son compuestos principalmente de partículas no-fermentadas de alimentos, algunos productos finales de la fermentación microbiana y los microbios que crecieron en el rumen.
LAS BACTERIA DEL RUMEN
El rumen provea un ambiente apropiado, con un suministro generoso de alimentos, para el crecimiento y reproducción de los microbios. La ausencia de aire (oxigeno) en el rumen favorezca el crecimiento de especies especiales de bacteria, entre ellos las que pueden digerir las paredes de las células de plantas (celulosa) para producir azucares sencillos (glucosa). Los microbios fermentan glucosa para obtener la energía para crecer y ellos producen ácidos grasas volátiles (AGV) como los productos finales de fermentación. Los AGV crucen las paredes del rumen y sirven como fuentes de energía para la vaca.
Mientras que crecen los microbios del rumen, producen aminoácidos, las piedras fundamentales para proteínas. Las bacteria pueden utilizar amoniaco o urea como fuentes de nitrógeno para producir aminoácidos. Sin la conversión bacteriana, el amoníaco y la urea sean inútil para la vaca. Sin embargo, las proteínas bacterianas producidas en el rumen son digeridas en el intestino delgado y constituyen la fuente principal de aminoácidos para la vaca.
El bovino y otros animales como ovejas, cabras, búfalos, camellos y jirafas son herbívoros cuyas dietas están compuestas principalmente de materia vegetal. Muchos herbívoros también son rumiantes. Los rumiantes son fácilmente identificados porque mastican la comida mucho aún cuando no ingieren alimentos. Esta acción de masticación se llama ruminación y es parte del proceso que permita el rumiante obtener energía de las paredes de las células de las plantas, también llamada fibra.
ADAPTACION PARA UTILIZAR FIBRA Y NITROGENO NO-PROTEINA
La fibra es la estructura que da fuerza y rigidez a las plantas y es el componente principal de las tallas de gramínea y otras plantas. Los azucares complejos (celulosa y hemicelulosa) se encuentran encerrados en las paredes de las células e inaccesibles para animales no-rumiantes. Sin embargo, la población de microbios que vive en el retículo y el rumen (Figura 1) permita la vaca obtener energía de la fibra.
Compuestos de nitrógeno no-proteína (NNP) no pueden ser utilizados por los animales no-rumiantes, pero las bacteria del rumen los utilizan como precursores para el síntesis de proteína. La vaca benéfica de los aminoácidos de la proteína bacteriana producida de las sustancias de nitrógeno en los alimentos.
LOS CUATRO ESTOMAGOS
Retículo y rumen
El retículo y rumen son los primeros estómagos de los rumiantes. El contenido del retículo es mezclado con los del rumen casi continuamente (una vez por minuto). Ambos estómagos comparten una población densa de microorganismos (bacteria, protozoos y fungí) y frecuentemente son llamados el "retículo-rumen." El rumen es un vaso de fermentación grande que puede contener hasta 100-120 kg de materia en digestión. Las partículas de fibra se quedan en el rumen de 20 a 48 horas porque la fermentación bacteriana es un proceso lento.
El retículo es una intersección de caminos donde partículas que entran o salgan del rumen están separadas. Solo las partículas que tienen un tamaño pequeño (<1-2 mm) o son densos (>1.2 g/ml) pueden proceder al tercer estómago.
Omaso
El tercer estomago u omaso parece a un fútbol y tiene una capacidad de aproximadamente 10 kg. El omaso es un órgano pequeño que tiene una alta capacidad de absorción. Permite el reciclaje de agua y minerales tales como sodio y fósforo que pueden retornar al rumen a través de la saliva. El omaso no es esencial, sin embargo es un órgano de transición entre el rumen y el abomaso, que tienen modos muy diferentes de digestión.
Abomaso
El cuarto estomago es el abomaso. Este estomago parece al estómago de los animales no-rumiantes. Secreta ácidos fuertes y muchas enzimas digestivas. En los animales no-rumiantes, los alimentos primeros son digeridos en el abomaso. Sin embargo en rumiantes, los alimentos que entran el abomaso son compuestos principalmente de partículas no-fermentadas de alimentos, algunos productos finales de la fermentación microbiana y los microbios que crecieron en el rumen.
LAS BACTERIA DEL RUMEN
El rumen provea un ambiente apropiado, con un suministro generoso de alimentos, para el crecimiento y reproducción de los microbios. La ausencia de aire (oxigeno) en el rumen favorezca el crecimiento de especies especiales de bacteria, entre ellos las que pueden digerir las paredes de las células de plantas (celulosa) para producir azucares sencillos (glucosa). Los microbios fermentan glucosa para obtener la energía para crecer y ellos producen ácidos grasas volátiles (AGV) como los productos finales de fermentación. Los AGV crucen las paredes del rumen y sirven como fuentes de energía para la vaca.
Mientras que crecen los microbios del rumen, producen aminoácidos, las piedras fundamentales para proteínas. Las bacteria pueden utilizar amoniaco o urea como fuentes de nitrógeno para producir aminoácidos. Sin la conversión bacteriana, el amoníaco y la urea sean inútil para la vaca. Sin embargo, las proteínas bacterianas producidas en el rumen son digeridas en el intestino delgado y constituyen la fuente principal de aminoácidos para la vaca.
RECURSOS DISPONIBLES
Materiales
Balanza
Reloj
Cámara
fotográfica
Computador
Azul de
metileno
Concentrado
comercial
Recipiente
plástico mediano
Guantes
quirúrgicos
JUSTIFICACION
Conocer el tiempo de paso del alimento por el
tracto gastrointestinal de bovinos en general
es de gran importancia pues de esta manera podemos tomar decisiones más
acertadas a la hora de suministrar el alimento teniendo en cuenta el tipo, la
calidad, con el fin de mejorar la nutrición del animal, pudiendo mejorar los
niveles productivos de los bovinos.
La realización de ensayos prácticos afianzan los conocimientos, puesto que estamos realizando estos ensayos para saber que tan cierto es lo que nos dice la literatura.
La comparación de los resultados con los ensayos realizados y que hoy hacen parte de la literatura, pueden generar cierto grado de discusión que mejora la comprensión del fenómeno en cuestión.
DISCUSIÓN
Estábamos en duda con los marcadores digestivos,
pues no sabíamos cual era el ideal para
que fuera exitosa la investigación
La tasa de pasaje depende de muchos factores
tales como el clima de la zona, tipo de alimento, edad del animal
La tasa de pasaje en bovinos varia entre 36 y 50
horas.
Para la investigación experimental realizada
pudimos obtener un resultado en la tasa de pasaje de 49 horas. Este experimento
fue realizado con concentrado por lo tanto podemos observar la pequeña
diferencia que hallamos en las horas
CONCLUCIONES
Los resultados esperados por el azul de metileno
no fueron los esperados, pues al realizar la recolección de las heces no se observó
el color azul en estas heces.
La evaluación realizada con concentrado
determino que la tasa de pasaje fue de 49 horas. Para el grupo de trabajo fue
satisfactorio el experimento pues en la colección de las heces encontramos el
marcador (azul de metileno)
Con esta investigación podemos darnos cuenta que
la semilla de leucaena es un buen marcador digestivo
Entre los
factores que determinan la tasa de pasaje del alimento por el tracto digestivo
de los rumiantes se pueden mencionar, la especie animal, calidad y tipo de
dieta, gravedad específica y tamaño de las partículas, la concentración de
fibra en detergente neutro (FDN) y la temperatura ambiental (Bartocci et al
1997; Jung y Allen 1995; Ruckebusch 1993)
La
densidad del alimento es un factor que determina la velocidad del tránsito del
alimento en un bovino las partículas con una densidad comprendida entre 1,1 y
1,4 g/ml, tendrían la máxima probabilidad de escapar del retículo-rumen hacia
el omaso. Las partículas con una densidad menor (igual o inferior a la del
fluido ruminal) tenderían a flotar o a quedar atrapadas en la masa de digesta,
y sus posibilidades de salida del rumen serían muy bajas, al estar situado el
orificio retículo-omasal en la zona del retículo proximal al saco craneal del
rumen ventral. Las partículas con una densidad mayor que la óptima tenderían,
en cambio, a hundirse en el saco ventral del rumen, disminuyendo su contacto
con la zona de escape potencial .
El tipo de alimento si es determinante en la tasa de pasaje a mayor tamaño de las partículas y mayor contenido fibroso mayor es la tasa de pasaje.
El tipo de alimento si es determinante en la tasa de pasaje a mayor tamaño de las partículas y mayor contenido fibroso mayor es la tasa de pasaje.
RESULTADOS
En el ensayo realizado se tomo un ternero y un novillo, estos animales fueron escogidos al azar de la granja experimental de la universidad francisco de Paula Santander Ocaña.
El concentrado revuelto con el marcador
digestivo fue suministrado a los animales el lunes 12 de septiembre de2011 a
las nueve de la mañana y los resultados mostrados por el marcador fueron
observados el miércoles 14de septiembre de 2011 a las 10 de la mañana. Considerando que la tasa de pasaje entre 36 y
50 horas obtuvimos buenos resultados puesto a que el resultado estuve entre el
rango de pasaje. El resultado se obtuvo a las 49 horas después del animal
ingerir el alimento mostrando en las heces el marcador digestivo, algunas
semillas enteras y otras trituradas pero se observo el marcador con el que
trabajamos.
BIBLIOGRAFIAS